Este año he visto una evolución en mi fotografía. Tanto en calidad técnica, como en mi manera de observar y transmitir.
Por mucho tiempo me he cuestionado si mis fotos tienen un significado o son solo escenas bonitas. ¿Son mis fotos una manera de dejar ir mis sentimientos? Y si es así ¿son esos sentimientos transmitidos?
Sabía que, gracias a mi trabajo durante la pandemia, la fotografía sí era (o podía ser) una manera de dejar ir mis sentimientos.
Movido por estas ideas, comencé a experimentar:
Vender fotos impresas.
¿La gente compraría mis fotos? ¿Cuáles fotos se comprarían? ¿Por qué las comprarían?
Estoy muy agradecido con aquellas personas que adquirieron una fotografía mía impresa, y estoy muy feliz también de ver que esas fotos son aquellas que para mí tienen un significado, o nacieron de algún sentimiento.
Gracias especiales a quienes me compartieron el por qué de su adquisición, entender las diferentes razones por las que una persona compra una foto ha sido muy valioso para mí.
Crear desde sentimientos distintos.
Las fotos con significado que había tomado hasta antes de este año, nacieron de sentimientos negativos. ¿Sería capaz de crear desde otro tipo de sentimientos?
Difícil, porque crear desde otros sentimientos implica experimentarlos. Esto me ha llevado a trabajar sobre mi mismo, permitirme expresar y experimentar mejor mis sentimientos. No solo a través de mi fotografía, pero también con otras personas.
Personas que sin saberlo me han ayudado a ser mejor, muchas gracias. 🫶🏼
Por supuesto en esto me queda muchísimo por trabajar, pero creo que voy por buen camino. Era algo que me debía a mi mismo, más allá de que haya comenzado o no por mi fotografía. Estas fotitos nacen de sentimientos que he tenido últimamente, y si no las entienden, yo tampoco la verdad. Pero sé que no son negativos, y me parece una manera bien bonita de cerrar el año y este texto.
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